ÍNDICE
Introducción
Primer capítulo. Más allá del mito de la verdad objetiva
Política sin verdad
La tarea política del pensar
De la fenomenología a la ontología de la actualidad
El principio de Tarski
Filosofía y política
Segundo capítulo. El futuro de la religión
Sólo un Dios relativista puede salvarnos
Nihilismo, sexualidad y cristianismo posmoderno
Para un cristianismo no religioso
La fe de Europa
Tercer capítulo. El final de la filosofía
Pensamientos sobre la ética
Filosofía y emancipación
Dialéctica, diálogo y dominio
En este nuevo trabajo Gianni Vattimo nos demuestra como la verdad se ha transformado en la representación más encumbrada de la cultura contemporánea. La filosofía, la religión y la política pero también, y fundamentalmente, nuestra experiencia cotidiana están signadas por una particular valorización de la verdad. Sin embargo, la cultura de nuestra sociedad occidental es cada vez más pluralista. La información y la comunicación son un juego de interpretaciones, los políticos se permiten eludir los compromisos éticos -y por lo tanto también el deber de la verdad- sin que nadie se sorprenda. A pesar de todo, como lo demuestran cotidianamente los debates políticos, nuestra sociedad "pluralista" todavía cree en una idea "metafísica" de la verdad como correspondencia con los hechos objetivos y en la ilusión de un acuerdo basado en "hechos".
Separándose de los reclamos por una política inspirada en el conocimiento científico y en sus lazos directos con la economía y la tecnología, Gianni Vattimo afirma que el único horizonte de la verdad política de nuestros días es la construcción de las condiciones epistemológicas para el diálogo social e intercultural. Y es una de las principales tareas de la filosofía explicitarlo. El debate en torno a la verdad se reduce así a los pormenores del consenso social y los intelectuales están llamados a pensar formas de vida más comprensibles que favorezcan la participación colectiva. Este Adiós a la verdad es por lo tanto el principio y la base misma de la democracia.
El consenso sobre la elección individual es ante todo un problema de interpretación de la construcción colectiva de los paradigmas compartidos, o por lo menos su reconocimiento explícito. Es allí donde se sitúa el desafío de la verdad en el mundo del pluralismo postmoderno. La verdad ya no está ligada al "cumplir", sino que está basada en el consenso y el respeto de la libertad de cada uno y la de las diferentes comunidades que conviven, sin confusión, en una sociedad libre.