Camelia es una adolescente que, como tantas otras, está preocupada por su aspecto físico, pero más aún si cabe por el desarrollo de su inteligencia. En las clases de filosofía encuentra el alimento con el que aplacar su apetito de saber. Entabla una singular correspondencia con su profesora de filosofía en la que van apareciendo las cuestiones que a ella le interesan o asombran.