ADVERTENCIA
PREFACIO
ESTUDIO PRELIMINAR: EL DESPOTISMO EN LA ÉPOCA DE LOS MODERNOS
DEL ESPÍRITU DE CONQUISTA Y DE LA USURPACIÓN
EN RELACIÓN CON LA CIVILIZACIÓN EUROPEA
PRIMERA PARTE
DEL ESPÍRITU DE CONQUISTA
CAPÍTULO I. De las virtudes compatibles con la guerra en ciertas épocas del estado social
CAPÍTULO II. Sobre el carácter de las naciones modernas en lo relativo a la guerra
CAPÍTULO III. Sobre el espíritu de conquista en el estado actual de Europa
CAPÍTULO IV. Sobre una casta militar que sólo actuase por interés
CAPÍTULO V. Otra causa de deterioro para la clase militar en el sistema de conquista
CAPÍTULO VI. Influencia de este espíritu militar sobre la situación interior de los pueblos
CAPÍTULO VII. Otro inconveniente de la formación de semejante espíritu militar
CAPÍTULO VIII. Acción de un gobierno conquistador sobre la masa de la nación
CAPÍTULO IX. Sobre los medios de coerción necesarios para complementar la eficacia de la mentira
CAPÍTULO X. Otros inconvenientes del sistema de la guerra para la ilustración y la clase instruida
CAPÍTULO XI. Perspectiva con la que una nación conquistadora miraría hoy día sus propios éxitos
CAPÍTULO XII. Efecto de estos éxitos sobre los pueblos conquistados
CAPÍTULO XIII. De la uniformidad
CAPÍTULO XIV. Término inevitable de los éxitos de una nación conquistadora
CAPÍTULO XV. Resultados del sistema de la guerra en la época actual
SEGUNDA PARTE
DE LA USURPACIÓN
CAPÍTULO I. Propósito exacto de la comparación entre usurpación y monarquía
CAPÍTULO II. Diferencias entre usurpación y monarquía
CAPÍTULO III. Sobre una circunstancia que hace a la Usurpación más insufrible que el más absoluto despotismo
CAPÍTULO IV. De cómo la usurpación no puede perdurar en nuestra época de la civilización
CAPÍTULO V. Respuesta a una posible objeción basada en el ejemplo de Guillermo III
CAPÍTULO VI. ¿Podría la usurpación perpetuarse por la fuerza?
CAPÍTULO VII. Sobre el tipo de libertad que se propuso a los hombres a finales del siglo pasado
CAPÍTULO VIII. Sobre los modernos imitadores de las repúblicas de la antigüedad
CAPÍTULO IX. Sobre los medios empleados para dar a los modernos la libertad de los antiguos
CAPÍTULO X. La aversión de los modernos hacia esa supuesta libertad ¿implica en ellos amor al despotismo?
CAPÍTULO XI. Sofisma a favor de la arbitrariedad ejercida por un solo hombre
CAPÍTULO XII. De los efectos de la arbitrariedad sobre los distintos aspectos de la existencia humana
CAPÍTULO XIII. De los efectos de la arbitrariedad sobre los progresos intelectuales
CAPÍTULO XIV. De la religión bajo la arbitrariedad
CAPÍTULO XV. De cómo los hombres no sabrían resignarse voluntariamente a ninguna forma de arbitrariedad
CAPÍTULO XVI. Del despotismo como método para prolongar la usurpación
CAPÍTULO XVII. Del efecto de las medidas ilegales y despóticas sobre los propios gobiernos legítimos
CAPÍTULO XVIII. Resultado de las consideraciones antedichas relativas a la duración del despotismo
CAPÍTULO XIX. Causas que hacen el despotismo particularmente imposible en nuestra época de civilización
CAPÍTULO XX. De cómo la usurpación, al no poder mantenerse mediante el despotismo, puesto que el propio despotismo no es capaz de mantenerse hoy día, no tiene posibilidad alguna de prolongarse
EPÍLOGO
APÉNDICE: ADVERTENCIA PARA LA CUARTA EDICIÓN
CAPÍTULOS AÑADIDOS A ESTA EDICIÓN:
CAPÍTULO I. Sobre las innovaciones, las reformas, la uniformidad y la estabilidad de las instituciones
CAPÍTULO II. Comentarios sobre la usurpación
BIBLIOGRAFÍA
Escrita en pocos días y concebida como una crítica a la política expansionista de Napoleón, Del espíritu de conquista y de la usurpación se ha convertido en un clásico del pensamiento político contemporáneo. Sus páginas recogen el núcleo central de las preocupaciones anteriores de Constant y adelantan las reflexiones que cimentarán su fama como pensador político liberal en los años de la Restauración en Francia. El recurso a la guerra y a la conquista, en una época donde predomina el comercio y el deseo de disfrutar de los derechos y libertades individuales, es, para el autor, un anacronismo histórico de graves consecuencias no sólo para los pueblos sojuzgados sino también para la propia nación agresora, que ve destruidos sus valores morales y su libertad política. En lugar del gobierno legítimo aparece entonces una nueva clase de despotismo, el que se ejerce en nombre de todos y obliga a todos a manifestar su consentimiento. El análisis lúcido y certero de Constant de este «despotismo moderno» contiene ya algunos rasgos de lo que el siglo XX conocerá como «totalitarismo».
«Los conquistadores de nuestros días, pueblos o príncipes, quieren que su imperio no presente sino una superficie lisa, sobre la que el ojo soberbio del poder se pasee, sin tropezar con desigualdad alguna que le hiera o limite su vista. El mismo código, las mismas medidas, los mismos reglamentos y, si es posible llegar a ello, gradualmente la misma lengua; he aquí lo que se ensalza como perfección de toda organización social.»