Josep Pla había conocido a Manolo Hugué en Barcelona en 1919, cuando el escultor acababa de regresar a España tras la primera guerra mundial. Casi una década más tarde, en 1927, escribiría su biografía en «uno de los esfuerzos concentrados más febriles de mi vida».
De la mano del artista, Pla traza en Vida de Manolo contada por él mismo una semblanza memorable de Hugué, siguiéndole por Barcelona, París y Ceret, narrando las mil adversidades a las que tuvo que hacer frente para huir de la miseria. El lumpen y la vida cotidiana en Barcelona a finales del XIX, la bohemia parisina, el círculo artístico de Ceret, o las ideas éticas y estéticas del escultor son recogidos en esta biografía con extraordinaria viveza.
Por la densidad humana del personaje que palpita en sus páginas, el libro es referencia ineludible de la biografía del siglo XX en España y uno de los más logrados de su autor.