La geopolítica era para los nazis la doctrina sobre el territorio vital necesario para la prosperidad de un país. Este progreso podía requerir la ocupación militar de Polonia y la dominación económica y cultural de Latinoamérica. Entre 1939 y 1943, el cine franquista colabora con el Eje en esta última estrategia en el territorio de la Argentina. Lo hace, además, al servicio de su idea de la Hispanidad, pero sin lograr, salvo excepciones como España ante la historia (1940), el respaldo de la industria cinematográfica porteña. Argentina es en aquel momento una gran potencia exportadora de filmes gracias a figuras como Hugo del Carril y apuesta por una tercera vía que rebaje la tensión y de ventaja a su industria. Bien es verdad que ni España ni la Argentina logran sus objetivos, pues Estados Unidos casi echa abajo sus aparatos cinematográficos por su resistencia a colaborar con los Aliados.