La versatilidad de la instancia narrativa del personaje varía de lector en lector, de lectura en lectura. No hay forma de poder comprobar la exactitud de las imágenes conformadas a raíz de cada proceso lector; tampoco puede haberla, ya que el autor tiene un trasfondo totalmente diferente al de sus lectores en el proceso de construcción de cada uno de los personajes que conforman su obra.
La interpretación del retrato literario se convierte, por tanto, en una apuesta arriesgada, en una tarea casi imposible, cuyo potencial es necesario buscar más allá de su mera descripción. Eso mismo es lo que ocurre en el proceso de traducción, en el que un traductor debe pergeñar una imagen, que él mismo, primero, debe ser capaz de reconstruir.
En este nuevo estudio sobre la traducción del retrato literario el grupo INTRAL lleva a cabo un análisis detallado de los recursos que cada autor ha utilizado para construir estos retratos masculinos y cómo los traductores de esos textos al español se han enfrentado a ellos en diferentes momentos del siglo XX, a fin de permitir que sigan manteniendo su vitalidad tal como la mantienen en su lengua de origen, dándonos con ello además la oportunidad de poder imaginar tras la lectura a algunos de los personajes más atractivos e interesantes de la Historia de la literatura universal.