Un giro histórico en la relación de España con Estados Unidos tuvo lugar el 26 de septiembre de 1953, cuando el gobierno de Eisenhower firmó tres acuerdos ejecutivos con el régimen dictatorial del general Franco que permitieron a los norteamericanos instalar bases militares en el suelo español. Los términos de ?Los Pactos de Madrid? fueron extremadamente favorables a Washington hasta el punto que cabe afirmar que España se convirtió de hecho en un satélite estadounidense. Por eso, no es sorprendente que durante la Transición las acciones de Madrid estuvieran sobre todo impregnadas de un profundo deseo de romper con la época en que las grandes potencias habían manipulado en realidad a una España débil. De hecho, en el Palacio de Santa Cruz se percibió la Transición como una oportunidad para recuperar la soberanía perdida, tener voz en la política internacional y abrazar a Europa, tal como lo había deseado el gran filósofo español Ortega y Gasset. Este libro analiza cómo los recuerdos mixtos de derrotas imperiales, de dictadura y de debilidad interna, que es lo que llegaron a representar las bases americanas,